LISBOA.- Maestros y profesores, bomberos, empleados ferroviarios, artistas, pilotos y médicos se unieron ayer en Portugal para protestar contra el plan de austeridad del gobierno socialista. "Es la mayor huelga jamás realizada, más importante que la de 1988 (cuando se hizo la última huelga general unitaria en ese país)", dijo el líder de la central obrera UGT, João Proença.
Las dos principales centrales sindicales portuguesas CGTP y UGT, unidas por primera vez en 22 años, convocaron una huelga general contra el plan de reducción de los déficits públicos que perjudica, en particular, al sector de transportes y, sobre todo, al aéreo; los aeropuertos portugueses estaban paralizados.
Tres de cada cuatro trenes no circulaban y tampoco lo hacían casi dos tercios de los autobuses. En Lisboa, no circulaba ningún metro. La huelga afectaba también a la salud y a la educación. "La movilización es incluso más fuerte que en las huelgas sectoriales y no concierne sólo al sector público, sino también al privado", subrayó Proença.
La ministra de Trabajo, Helena André, calificó la movilización del sector privado de muy reducida, basándose en el consumo de la electricidad, que no bajó. Según la ministra, el sector más afectado era el de los transportes, con una tasa de adhesión de un 5,9% al 95%, según el caso. André reafirmó que el margen de maniobra del gobierno es casi nulo. Portugal está en la mira de los mercados tras los rescates de Grecia e Irlanda. El parlamento portugués se apresta a votar en forma definitiva mañana un presupuesto de austeridad sin precedentes para recortar el déficit de 7,3% al 4,6% del PBI. El plan incluye baja de salarios, incremento de impuestos y merma de prestaciones sociales.
Afectado por un crecimiento amorfo en los últimos años, Portugal acusa una deuda pública de U$S 220.000 millones, más del 82% de su PBI. (AFP-NA)